...Las deposité en una botella y las hice a la mar...

sábado, 14 de noviembre de 2009

“In calli Ixcahuicopa”


La UAM, creada en 1974, nació con la intención de ofrecer una opción alternativa y de calidad en un país en el que el acceso a la educación superior era, por decir lo menos, limitado. Surgió, sin duda, como una forma de atender muchos de los conflictos que dieron origen al movimiento estudiantil del 68. Por un lado, el país requería ampliar la cobertura en educación superior, pero además resultaba imperioso formar un mayor número de profesionistas que participaran activamente en el desarrollo del México del último cuarto del siglo XX, en un clima de tensiones políticas y económicas que exigían de la educación un esfuerzo enorme.

Cuando se fundó esta casa de estudios, se pensó en una Universidad “Abierta al tiempo” al tiempo cronológico y al actual como una institución receptiva, abierta a las nuevas ideas y a los impactos que éstas deben generar; abierta a las corrientes del pensamiento, a los nuevos descubrimientos y a las diversas formas de concebir el mundo*.

Originalmente, el proyecto se ideó con la intención de satisfacer una creciente demanda de educación superior en zonas del área metropolitana, caracterizadas por una carente oferta educativa y cultural adecuada. En esos tiempos se logró crear tres unidades académicas (Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco). Hoy, contamos con una cuarta unidad académica (Cuajimalpa). A lo largo de su existencia, la UAM se ha dedicado a educar una gama muy heterogénea de jóvenes, en gran parte provenientes de hogares con escasos recursos, y, en muchos casos, los primeros de su familia en contar con la oportunidad de obtener educación superior.

Desde el inicio de las actividades, la formación de alumnos se desarrolló de manera articulada con las actividades de investigación, y preservación y difusión de la cultura, generando así las tres tareas sustantivas que han dado forma y sentido a la misión universitaria, y que nos han permitido participar en el desarrollo de la sociedad en la que nos encontramos inscritos.

Actualmente, la Casa Abierta al Tiempo, se distingue por ser una de las instituciones de educación superior con mejor nivel académico en México. Lugar que ocupa entre otras cosas, por su capacidad para generar soluciones a diversos problemas que afectan y aquejan al país, pero también, porque después de 35 años de trabajo constante han egresado de ella más de 100,000 alumnos que hoy en día participan activamente en el desarrollo económico, político y cultural de nuestra sociedad.

Es tiempo, ahora, de reconocer públicamente, con orgullo y satisfacción, las enormes contribuciones que nuestros alumnos y alumnas le han dado a México. Sin duda, su formación es y ha sido la razón de ser de la UAM; a través de ellos nuestra casa extiende sus fronteras, se hace presente en todos los rincones del país, participando en su desarrollo. A través de ellos, también, la UAM permite dar a conocer el compromiso que realiza, los intereses que la motivan, la misión que la constituye.

A treinta y cinco años de vida, sigue siendo una tarea prioritaria sostener el esfuerzo para mejorar día con día las condiciones del estudiante al interior de la comunidad, asegurar que la formación que recibe cumpla con las exigencias de calidad y de excelencia que los tiempos de hoy nos demandan, pero, sobre todo, tenemos que sostener el compromiso de garantizar una formación integral que permita a nuestros egresados desarrollarse con plenitud en sus áreas de trabajo y al mismo tiempo con la responsabilidad y compromiso que la sociedad mexicana requiere.

A este respecto y especialmente frente a los difíciles momentos por los que atraviesa el país, es necesario impulsar en todos los niveles una reflexión ética que nos permita cuestionar y reafirmar nuestro deber hacia la sociedad. La UAM como portador de sentido, posibilidad de saber y de diálogo®, contribuye con otras instituciones del país y del mundo en la educación, más allá de sus propias disciplinas, a través del intercambio académico y cultural.

La Universidad Autónoma Metropolitana, cumple fundamentalmente su encomienda y demuestra ante la sociedad la importancia de sus aportes en todos sus ámbitos de trabajo y festeja sus treinta y cinco años reconociendo el papel central de los alumnos, profesores, administrativos y egresados, en la construcción y desarrollo del país, y refrendando nuestro compromiso como institución, con la sociedad.

En homenaje a nuestra comunidad, presentamos por primera vez el “Himno a la Universidad Autónoma Metropolitana”, que celebra las acciones que día tras día llevan a cabo quienes conforman a esta institución.

La UAM, creada en 1974, nació con la intención de ofrecer una opción alternativa y de calidad en un país en el que el acceso a la educación superior era, por decir lo menos, limitado. Surgió, sin duda, como una forma de atender muchos de los conflictos que dieron origen al movimiento estudiantil del 68. Por un lado, el país requería ampliar la cobertura en educación superior, pero además resultaba imperioso formar un mayor número de profesionistas que participaran activamente en el desarrollo del México del último cuarto del siglo XX, en un clima de tensiones políticas y económicas que exigían de la educación un esfuerzo enorme.

Cuando se fundó esta casa de estudios, se pensó en una Universidad “Abierta al tiempo” al tiempo cronológico y al actual como una institución receptiva, abierta a las nuevas ideas y a los impactos que éstas deben generar; abierta a las corrientes del pensamiento, a los nuevos descubrimientos y a las diversas formas de concebir el mundo*.

Originalmente, el proyecto se ideó con la intención de satisfacer una creciente demanda de educación superior en zonas del área metropolitana, caracterizadas por una carente oferta educativa y cultural adecuada. En esos tiempos se logró crear tres unidades académicas (Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco). Hoy, contamos con una cuarta unidad académica (Cuajimalpa). A lo largo de su existencia, la UAM se ha dedicado a educar una gama muy heterogénea de jóvenes, en gran parte provenientes de hogares con escasos recursos, y, en muchos casos, los primeros de su familia en contar con la oportunidad de obtener educación superior.

Desde el inicio de las actividades, la formación de alumnos se desarrolló de manera articulada con las actividades de investigación, y preservación y difusión de la cultura, generando así las tres tareas sustantivas que han dado forma y sentido a la misión universitaria, y que nos han permitido participar en el desarrollo de la sociedad en la que nos encontramos inscritos.

Actualmente, la Casa Abierta al Tiempo, se distingue por ser una de las instituciones de educación superior con mejor nivel académico en México. Lugar que ocupa entre otras cosas, por su capacidad para generar soluciones a diversos problemas que afectan y aquejan al país, pero también, porque después de 35 años de trabajo constante han egresado de ella más de 100,000 alumnos que hoy en día participan activamente en el desarrollo económico, político y cultural de nuestra sociedad.

Es tiempo, ahora, de reconocer públicamente, con orgullo y satisfacción, las enormes contribuciones que nuestros alumnos y alumnas le han dado a México. Sin duda, su formación es y ha sido la razón de ser de la UAM; a través de ellos nuestra casa extiende sus fronteras, se hace presente en todos los rincones del país, participando en su desarrollo. A través de ellos, también, la UAM permite dar a conocer el compromiso que realiza, los intereses que la motivan, la misión que la constituye.

A treinta y cinco años de vida, sigue siendo una tarea prioritaria sostener el esfuerzo para mejorar día con día las condiciones del estudiante al interior de la comunidad, asegurar que la formación que recibe cumpla con las exigencias de calidad y de excelencia que los tiempos de hoy nos demandan, pero, sobre todo, tenemos que sostener el compromiso de garantizar una formación integral que permita a nuestros egresados desarrollarse con plenitud en sus áreas de trabajo y al mismo tiempo con la responsabilidad y compromiso que la sociedad mexicana requiere.

A este respecto y especialmente frente a los difíciles momentos por los que atraviesa el país, es necesario impulsar en todos los niveles una reflexión ética que nos permita cuestionar y reafirmar nuestro deber hacia la sociedad. La UAM como portador de sentido, posibilidad de saber y de diálogo®, contribuye con otras instituciones del país y del mundo en la educación, más allá de sus propias disciplinas, a través del intercambio académico y cultural.

La Universidad Autónoma Metropolitana, cumple fundamentalmente su encomienda y demuestra ante la sociedad la importancia de sus aportes en todos sus ámbitos de trabajo y festeja sus treinta y cinco años reconociendo el papel central de los alumnos, profesores, administrativos y egresados, en la construcción y desarrollo del país, y refrendando nuestro compromiso como institución, con la sociedad(...)

Atentamente,
“Casa abierta al tiempo”

Dr. José Lema Labadie
Rector General

*Arq. Pedro Ramírez Vázquez, Fundador, primer Rector General y Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
®Dr. Miguel León Portilla, eminente nahuatlista y creador del lema: “In calli Ixcahuicopa”