...Las deposité en una botella y las hice a la mar...

lunes, 8 de febrero de 2010

Francisco Tario (1911-1977)


Cultivador de la narración fantástica, Francisco Tario sembró desde su inicio como escritor, la seducción del misterio en su literatura. Nadie tenía noticia de él en ese ámbito y ningún trabajo había llevado antes ese seudónimo con el que se presentó y se le conoce, -Francisco Peláez era su nombre real- el de su origen, cuando en 1911 nace en la ciudad de México.
Antes de su incursión en las letras había destacado como portero de fútbol, pero radicalmente cambiaría el balón por la pluma y el apellido Peláez por el Tario, surgió entonces el escritor y como tal, frecuentaría diversos géneros: el relato fantástico, la novela realista, la prosa poética, el aforismo y el teatro.
Su primer trabajo aparece en 1943 bajo el título de La noche, un volumen que conjunta quince cuentos en los que construyó “para cada uno de ellos un pequeño drama casi siempre doloroso, fatal, grotesco, nunca feliz ni gracioso, y lo cuenta en la mayoría de los casos, desde dentro de ellos”. En esta serie de relatos encontramos títulos que comienzan con La noche. La noche del féretro, La noche del buque náufrago, La noche del loco, La noche del perro o La noche del muñeco, a excepción del cuento Mi noche.
En su texto Literatura mexicana del siglo XX, José Luis Martínez apunta que el ingreso de Tario a las letras con La noche, es un trabajo en el que se puede percibir y suponer que el escritor tenía contacto con las obras de Jorge Luis Borges y la Antología de la literatura fantástica. Por supuesto que la educación literaria de Tario debió ser más amplia, por ejemplo era asiduo lector de Gorky, Dostoievsky, Eugene Ionesco y James Joyce, entre otros. De igual forma era un personaje que nutrió su sensibilidad artística desempeñando otras actividades, como la de astrónomo, pianista y hasta propietario de una sala cinematográfica.
Se considera que Francisco Tario como escritor, era precavido de caer en excesos morbosos, se distinguía en sus cuentos “un tono de inusitada originalidad y una poderosa materia imaginativa en la que los mundos lívidos y crueles de la locura y de la pesadilla, la obsesión mórbida y toda la gama de la danza macabra se expresaban en relatos capaces de interesar con violencia a sus lectores”.
A la publicación de La noche, en el mismo año siguió la novela Aquí abajo, después con el título de Equinoccio publicó una obra que se caracteriza por contener la llamada escritura fragmentaria. Si bien Tario ante todo es considerado cuentista, en Equinoccio incluye aforismos , epigramas y prosas breves. Sobre la escritura fragmentaria se puede decir que ésta tiene dos rostros, una es de escritura abierta y no conclusiva, la otra, es cerrada y dogmática, propia de las consignas políticas o de los refranes populares.
Se dice que Tario por diversas razones personales no era muy productivo para escribir, razón que hace suponer sus grandes periodos de silencio, además que parte de su obra la realizó en el extranjero, no obstante en su proceso creativo era minucioso, particularidad que se nota en Equinoccio y más tarde en Una violeta de más .
El autor aprovechó la forma concisa y abierta del fragmento para utilizarlo en otro libro de fotografías titulado Acapulco en el sueño (1951), las fotos son de Lola Álvarez Bravo y permiten hacer un nexo entre la fotografía y el estilo de Tario.
Acapulco en el sueño es tal vez el libro más reposado del autor, el que menos angustia refleja.
En los textos que escribió posteriores a Equinoccio y Acapulco en el sueño, Tario tuvo una enorme preocupación por el acabado de sus obras, quizá por ello el motivo de sus silencios literarios, entre trabajo y trabajo.
De 1943 a 1952 publica la mayoría de sus libros, entre ellos Breve diario de amor perdido y Tapioca Inn. Mansión para fantasmas. Es en 1968 que aparece Una violeta de más, el último libro que publica en vida. Se sabe que en los últimos años de su existencia, se dedicó a escribir la novela Jardín secreto, la cual permaneció inédita, inacabada y al menos, según se sabe por testimonios de familia, en tres versiones distintas.
La contribución que Francisco Tario aportó a la literatura vino a complementar un panorama tradicional, cabe decir que no siempre su obra ha tenido la misma suerte editorial. A finales de los ochenta la publicación de Entre tus dedos helados y otros cuentos, antología preparada por Daniel González Dueñas y Alejandro Toledo, llamó de nuevo la atención sobre este autor que desde su muerte en 1977 había caído en el olvido. Tario era apenas considerado una curiosidad literaria.
Esa antología provocó el rescate de tres obras de teatro que habían permanecido inéditas, El caballo asesinado, Terraza con jardín infernal y Una soga para Winnie, uam, 1989; la reedición de Equinoccio en ese mismo año, un número de Casa del Tiempo y años más tarde la reedición de Una violeta de más y la reedición de Acapulco en el sueño por la Fundación Cultural Televisa.
Asimismo, se publicó Jardín secreto, la novela inédita. Todo esto podría hacer pensar que las cosas se transformaron con respecto a la difusión sobre los trabajos de Francisco Tario, pero no es así. Aunque ya se le incluye en las antologías del cuento mexicano del siglo xx, ya no se le considera tampoco una simple curiosidad y críticos como González Dueñas, Alejandro Toledo y Vicente Francisco Torres entre otros, se han ocupado de él; en la actualidad Acapulco en el sueño es difícil de encontrar y se dice que la edición de Jardín secreto a dos años de ser publicada, se fue al molino casi entera.
Por lo antes expuesto, sin duda una tarea pendiente sigue siendo la publicación de las obras completas de este autor.

Bibliografía y hemerografía

Espinasa, José María. “Francisco Tario y el aforismo. (Algunas hipótesis)”, Casa del Tiempo, UAM, México, diciembre de 2000-enero de 2001.

Martínez, José Luis, Literatura mexicana del siglo XX 1910-1949 México, Sep-Conaculta (Lecturas mexicanas), 1990. p.232-233

Tario, Francisco, Una violeta de más. México, Conaculta, (Lecturas mexicanas, tercera serie, 36), México, 1990. 191pp

Toledo, Alejandro. “Recuerdo de Francisco Tario. (Entrevista con Julio Farell)”, Casa del Tiempo, UAM, México, marzo de 2001.